lunes, 8 de diciembre de 2008

15 días en agosto

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos hacemos dependientes del consumo, y con él arrastramos a nuestros hijos, cuando hay abundancia es más difícil dar y transmitir el valor de las cosas.

Menor tiempo con ellos, más caprichos, igual a niños tiranos e infelices.

Saludos.

Anónimo dijo...

Buen análisis!!!