martes, 20 de septiembre de 2011

PLAN AUDIOVISUAL DE LA TRIBU 2.0


Os presentamos el PLAN AUDIOVISUAL que llevaremos a cabo en las aulas de la TRIBU 2.0. Ya sabéis, Cine y Educación unidos. Pincha abajo a la derecha para verlo en pantalla completa. Plan Audiovisual para la TRIBU 2.0

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lunes, 19 de septiembre de 2011

Doña Desesperanza

¡Vaya por Dios, el nombrecito que le pusieron a la niña! Esperanza es un buen nombre, porque está cargado de optimismo, de promesas y de futuro. Pero mira tú por dónde yo lo tengo que identificar con pesimismo, indignación y desastre cuando pienso en la señora Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid. En honor a los hechos debería llamarse Desesperanza.

Porque desmantelar la escuela pública es lanzar un torpedo contra la línea de flotación de una sociedad democrática.

Porque desmantelar la escuela pública es lanzar un torpedo contra la línea de flotación de una sociedad democrática. Porque poner en tela de juicio la profesionalidad de los docentes es un modo de dinamitar el presente y el futuro de la enseñanza. No hay expectativa más clara de futuro que la educación.

Hace unos días me han enviado desde Argentina un documento hermoso, escrito por Mex Urtizberea, que viene muy a cuento de lo que estoy diciendo. De él extraigo estos párrafos, aunque la reiteración de su formulación básica en el texto completo, le confiera mucha más contundencia de la que tiene esta cita.

“ (…) Dentro de cincuenta años usted y yo seremos un recuerdo, o un olvido, pero no lo serán nuestros hijos ni nuestros nietos: para ellos será este país mal educado o bien educado, según lo que hoy se haga por la educación.

(…) Dentro de cincuenta años no será más que un número lo que se invierte ahora en seguridad, no le servirá a nadie lo que se haya gastado en campañas políticas, no será ni recuerdo qué comportamiento tuvo la Bolsa este año o a cuánto cotizaba el dólar. Lo que sí se notará visiblemente es lo que hoy se invierta en educación.

Y quien haga hoy algo por ella, quien muestre verdadero interés y se ponga a trabajar ahora apasionadamente para mejorarla, extenderla, financiarla, que nadie quede afuera por razones económicas o geográficas, para que tenga calidad y que la calidad sea gratis, quien entienda que un país mal educado es un país condenado a muerte, y modifique este destino, entonces su nombre no será del olvido: dentro de cincuenta años estará presente en todos los rincones del país, será recordado con admiración y respeto. Y no será sólo estatua, o calle, o foto, o estampilla”.

Pues ya se ve lo que está pasando en la Comunidad de Madrid. Se está destruyendo la enseñanza pública, que es la causa de la equidad para un pueblo. El ataque de la Presidenta a los docentes de la comunidad ha desencadenado una protesta que ella califica de “absurda, irracional y política”. Tres adjetivos que se las traen. ¿Por qué absurda? Es evidente: porque se opone a sus tesis. ¿Por qué irracional? Porque ella no comprende las razones que la sustentan. ¿Por qué política? Porque ella tiene una visión de lo político ramplona y mezquina. Es política porque se opone a su ideología neoliberal.

El profesor de Educación Secundaria Pedro Sáez Ortega, que enseña Ciencias Sociales en el Instituto Clara Campoamor de Móstoles, le ha escrito una carta de trece folios a Doña Esperanza Aguirre que dudo que la Presidenta pueda, quiera y sepa leer de cabo a rabo. Está muy bien escrita y muy bien fundamentada. Sin faltas de ortografía, por cierto.

Por no saber, dice Pedro Sáez, la Presidenta no sabe ni cómo se llaman los profesores de Secundaria, ya que alude a ellos como Profesores de Educación. Tampoco sabe que las horas de un profesor no se cuentan sólo por las horas de docencia. Para preparar una clase hace falta tiempo, además de interés y entusiasmo. Y para corregir. Y para coordinarse. Y para realizar actividades. Y para formarse. ¿Se pueden contabilizar las horas de trabajo de un cirujano por las horas de quirófano?

Reducir 3000 profesores, añadidos a los 2500 que ya desaparecieron en el curso anterior, no es mejorar la calidad del sistema. Suprimir las horas de tutoría, no es la mejor manera de perfeccionar la educación. Desmantelar los Centros de Profesorado no es potenciar la educación. Privatizar la enseñanza es castigar a los desfavorecidos, a los más necesitados. ¿No hay otros campos en los que se puedan realizar recortes? ¿Se los tenemos que recordar a doña Esperanza?

Las declaraciones de la Presidenta, secundadas por otro personaje de escasa talla intelectual como Ana Botella, concejala del Ayuntamiento de Madrid, han tenido luego un desmentido que no elimina todo el daño causado. Se sabe que vivimos en la cultura de los titulares y esas simplezas de que los profesores no trabajan lo suficiente y de que tienen excesivas vacaciones, calan en el estado de opinión de la ciudadanía.

¿De qué sirven las campañas sobre la dignidad de la profesión docente si lo que acaban entendiendo los alumnos y los padres es que los profesores no dan el callo y solo piensan en las vacaciones? ¿De qué sirve pretender aumentar la autoridad de los profesores subiéndoles a unas elevadas tarimas, si lo que acaban pensando los niños, como su Presidenta, es que los profesores no son solidarios con las personas afectadas por la crisis, a pesar de haber aceptado sin rechistar la reducción de sus salarios?

No digo que todos los profesores y profesoras sean profesionales excelentes. Como en todas las profesiones, hay de todo en la enseñanza. Y eso debería plantearnos a todos y a todas qué sucede con el control de la educación. Habrá que tomar medidas con quien no cumple diligentemente con sus obligaciones. Pero, poner en entredicho la tarea de los docentes en general, resulta inadmisible. Porque no lo está haciendo un locuaz bebedor en un bar de barrio, sino la máxima representante política de una Comunidad.

No sé a qué escuela fue ni qué educación recibió la señora Presidenta. Si fue buena, se le ha olvidado. Pero dudo que lo fuera si le ha facilitado una comprensión de la realidad y un compromiso con la gente de esta naturaleza.

Claro, que luego arrasa con mayorías desbordantes en las elecciones. Y es lo que no acabo de entender. ¿Cómo pueden tener apoyo esas políticas neoliberales que castigan a los más débiles, a los más desfavorecidos, a los que Paulo Freire llamaba los desheredados de la tierra?
Publicado por Miguel Ángel Santos Guerra. El Adarve. 17 Septiembre, 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

Entrevista al profesor Navarro, hijo de maestros, sobre su experiencia personal durante la dictadura

"Nada nos habían contado nuestros padres, pues nunca hablaban del pasado, un hecho característico de la generación que perdió la guerra"

Pregunta (P). Usted escribe con frecuencia críticamente sobre el olvido de la historia reciente de nuestro país.
Respuesta (R). Sí, porque creo que es un error no saber de dónde venimos. El dominio de las fuerzas conservadoras en el proceso de transición inmodélica, pasando de una de las dictaduras más represivas que hayan existido en Europa a una democracia muy incompleta, hace que no se haya recuperado la memoria de lo que pasó entonces, reproduciéndose sólo la versión del pasado que promueven las fuerzas conservadoras.

(P). De ahí que usted haya escrito repetidamente que la importancia de recuperar la memoria histórica se basa en la urgente y necesaria corrección de la historia que se ha estado enseñando a nuestra juventud, y que no es la historia real de nuestro país.
(R). Exacto. La historia que se enseña en nuestro país es una historia sesgada e incompleta. Se pasó de la versión promovida durante la dictadura, que presentaba a los golpistas como “los buenos” y a los republicanos como “los malos”, a la versión actual, en la que, lo que se llama los dos bandos de la Guerra Civil, son ambos “buenos y malos”. Se ha pasado a un relativismo en el que, bajo el argumento de oponerse al maniqueísmo, se termina aceptando que lo que llaman los dos bandos comparten las mismas responsabilidad por la existencia del golpe militar y de la dictadura que estableció, continuando así la falsificación de nuestra historia.

(P). Según usted hubo buenos y malos.
(R). Sí, de la misma manera que en la II Guerra Mundial hubo buenos –los aliados- y malos –el nazismo y el fascismo-, en la mal llamada Guerra Civil española hubo buenos –los republicanos- y malos –los golpistas-, responsables de que hubiera un conflicto, responsables del mayor número de asesinatos políticos conocido en la historia de España y responsables del enorme retraso económico, cultural, social y político del país. Poner a los republicanos, que defendían la democracia, en la misma categoría de los que la destruyeron es, además de profundamente antidemocrático, un relativismo moral que exige ser denunciado

(P). En cambio, en España se hace constantemente.
(R). Es resultado de su limitadísima cultura democrática. Siempre me sorprende la enorme tolerancia de los medios y de la cultura política dominante hacia los fascistas o sus defensores en España. El autor de la biografía de Franco, de la Real Academia, así como su defensor en el programa “59 segundos” estarían en la cárcel en Alemania. En cambio, aquí, se les da todo un forum financiado, además, públicamente. Es vergonzoso.

(P). Permítame que le haga preguntas sobre usted. ¿Cómo se politizó usted?
(R). Desde mi infancia. Mis padres eran profundamente antifascistas, habían luchado en defensa de la República, participando en ella activamente.

(P). ¿Cómo participaron en la República?
(R). Como maestros. Eran jóvenes, entusiastas de la docencia, que estaban ilusionados con los cambios pedagógicos que la República introdujo en la escuela pública. Hay una película en España, que se titula “La lengua de las Mariposas”, que narra bien la ilusión de los maestros jóvenes durante la República, con los cambios educativos. No se le han enseñado a la juventud en nuestro país las reformas progresistas que se hicieron durante la época republicana. Venía gente a España y a Catalunya para aprender de tales reformas, igual que nosotros, más tarde, íbamos a Suecia para aprender las reformas de aquel país...

(P). Poco se ha escrito sobre ello
(R). Sí, muy poco. En realidad hay muchísimo todavía por conocer. Incluso yo, hijo de maestros represaliados, continúo descubriendo cosas. Un ejemplo es lo que viví personalmente este año. Recibí una nota de una lectora de mi blog en la que me preguntaba si yo era hijo de los maestros de Gironella, en el Berguedà, durante la República. Le dije que sí, a lo cual me respondió que a su madre, que había sido alumna de ellos, le encantaría conocerme. De ahí que mi hermano y yo fuésemos a verla. Era ya una persona de avanzada edad, una persona encantadora que se había casado también con otro alumno de mis padres. Fue una visita muy emotiva, pues nos contó mucho de lo que había ocurrido durante la guerra y después, durante la represión. Nos contó que quería que los hijos de sus maestros supieran lo amados que eran sus padres entre las clases populares de la zona. Y que, cuando fueron expulsados del pueblo, hubo una revuelta popular, con gente manifestándose en el pueblo, lo cual requería enfado y coraje, porque estamos hablando del año que comenzó la brutal represión. Me contó muchos detalles, como la movilización del pueblo para defender y ayudar a mis padres, detalles que ni mi hermano ni yo sabíamos. Nada de esto nos habían contado nuestros padres, pues nunca les gustaba hablar del pasado, un hecho característico de la generación que perdió la guerra. En realidad, durante muchos años, su silencio fue la manera de protegernos a sus hijos. Los padres querían ocultar su pasado a sus hijos, pues tal conocimiento podía acarrearnos problemas a nosotros. Era una dictadura enormemente represiva. No hay que olvidar que, por cada asesinato que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000. Es sorprendente que a aquella dictadura se la quiere presentar como meramente autoritaria y no totalitaria. Que se lo pregunten a los hijos de los vencidos. La constante humillación y la enorme opresión psicológica, emotiva e intelectual, era totalitaria, pues invadía todos los resquicios de la persona, incluyendo su identidad. Y ello no se conoce... Leer todo aquí.

viernes, 2 de septiembre de 2011

ANÁLISIS: La crisis en la enseñanza

Artículo de Francisco Imbernón en El País sobre las consecuencias de los recortes en educación.

Pan para hoy, hambre para mañana

FRANCISCO IMBERNÓN 01/09/2011
No hace falta ser un experto para saber que la educación de calidad de un país es cara, y más cuando los avances sociales posibilitan que toda la población se escolarice hasta la adolescencia y las universidades generen conocimiento. Aunque a algunos países les sale más cara que a otros. En el nuestro, el gasto público en educación con relación al PIB no ha subido en los últimos 10 años, aunque sí lo ha hecho la inversión, pero en términos semejantes al incremento de ingresos. Y eso nos aleja cada vez más de la media en la Unión Europea. Y así nos ha ido y nos va, con un fracaso escolar del 31,2% (aumentando el 7% durante esos 10 años). Y paradójicamente, Europa aboga por que los países miembros elaboren estrategias destinadas a reducir el fracaso escolar hacia finales de 2012. ¿Cómo? La mayoría de Gobiernos autónomos y el Estado ya lo han decidido. La estrategia principal para eliminar el fracaso escolar y aumentar la calidad educativa es reducir los recursos en educación predominante pública.
Y se utiliza el argumento de la crisis económica para aplicar los "recortes" que algunos políticos eufemísticamente denominan "contención y ahorro". Son las dos concepciones de ver la educación: como gasto o como inversión. Si se ve como gasto, es lógico y coherente reducirlo; si es como inversión, debería analizarse y ser prudente antes de decidir reducir recursos educativos.
Este curso que comienza es el primero que habrá grandes recortes en recursos educativos (parece que alcanzarán en España casi los 2.000 millones de euros). ¿Y qué ocasionará recortar recursos en educación? Dar un paso hacia atrás.
Recortar gastos de los centros, suprimir aulas de acogida, reducir servicios educativos (por ejemplo, la formación) y profesorado, aumentar alumnos por aula, aumentar horas lectivas al profesorado, amortizar jubilaciones, etcétera. Seguramente hará reducir el gasto, pero también tendrá consecuencias nefastas a medio y largo plazo. Porque si no se invierte en educación no se invierte en el sistema social, donde la educación es uno de los pilares básicos del futuro. Justo en este momento sería uno de los capítulos donde invertir para ver los frutos de aquí a unos años.
En el mundo de las redes, de la tecnología, de la información, reducir recursos educativos es como un suicidio colectivo. Cuando un país reduce la inversión en educación, aumenta la pobreza económica y social, ya que no puede asistir a todos con calidad y eso hará aumentar el fracaso y el abandono del sistema. Y cuando uno abandona la escuela aumenta el riesgo de pobreza, de desempleo y quedar marginado socialmente. Y eso a la larga lo pagaremos todos.
El curso que viene lo iremos viendo. Profesores cansados e intensificados haciendo más trabajo del que deberían hacer y ello hace que algunos no lo hagan tan bien. Servicios que se habían conquistado y que introducían ilusión educativa como formación, atención a la diversidad, reducción de ratios, construcciones apropiadas, actividades paralelas..., irán desapareciendo de nuestro sistema educativo y eso a la larga se pagará. ¿O se espera que no invirtiendo en educación el país reduzca el fracaso, avance científicamente y socialmente? No creo que haya tanta gente ingenua que lo crea. Al tiempo.

Francisco Imbernón es catedrático de Pedagogía de la Universidad de Barcelona y director del Observatorio Internacional de la Profesión Docente.