Y empieza a llegar lo que muchos nos temíamos que había detrás de afirmaciones como las de la frasecita de marras: vuelcos profundos en normas que regulan aspectos fundamentales de la vida de los ciudadanos. Y ahora se nos anuncian cambios respecto al divorcio, al aborto, al medio ambiente, a la energía nuclear, al empleo… y, cómo no, a la educación.
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, quiere llevar a cabo reformas en la enseñanza secundaria. En síntesis, quiere la reducción de la ESO de cuatro a tres cursos y ampliar el Bachillerato y la Formación Profesional de grado medio de dos a tres. Todo ello manteniendo la enseñanza obligatoria hasta los 16 años. Se nos dice que pretende resolver desarreglos del sistema educativo español que, según algunos, están ocasionando graves problemas: demasiado alumnado que no obtienen el título de graduado en educación obligatoria, un índice tremendo de abandono escolar a partir de los 16 años, un altísimo porcentaje de paro juvenil por desajuste de la F.P con el mundo laboral, etc. etc.
También ha decidido eliminar la asignatura de Educación para la Ciudadanía y sustituirla por otra que se llamará Educación Cívica y Constitucional. Según el Ministro, "Educación para la Ciudadanía ha estado acompañada desde su nacimiento por la polémica y ha creado una seria división en la sociedad y el mundo educativo". Educación Cívica y Constitucional será una asignatura que – dice- "estará exenta de cuestiones controvertidas" y "libre de adoctrinamiento ideológico".
Por los argumentos que esgrimen para justificar los cambios y el manejo que hacen de ciertas realidades, a mí me da que con la nueva normativa pretenden otros objetivos menos confesables.
A la espera de más detalles, convendría que empezáramos a contestarnos preguntas como éstas:
- ¿Es correcto el diagnóstico por el que justifican las reformas?
- ¿Los cambios aportan soluciones reales a los problemas que dicen querer resolver?
- ¿Se están considerando los nuevos problemas que ocasionarán?
- ¿A qué grupos sociales benefician y a cuáles perjudican las reformas propuestas?...
2 comentarios:
Hay mucho truco, demasiado.
La OCDE ha publicado un informe donde enuncia una serie de recomendaciones que no se parecen en nada a las decisiones que anuncia el ministro Wert. Y no consiro que se trate de una organización de izquierda.
Veamos:
1. Eliminar la repetición de curso. (Esto no fue mencionado en la comparecencia de Wert. La especie de "leyenda urbana" de que aquí se pasa curso con cuatro suspensos o más, tan extendida entre el profesorado más retrogado, la derecha política y la caverna mediática).
2. Evitar los itinerarios prematuros y posponer la selección hasta la secundaria superior. De momento el plan del gobierno consiste en reducir la secundaria inferior (la ESO) de cuatro años a tres, y no habla nada de extender la educación obligatoria a los 18 años, como por ejemplo Polonia que si sería un paso adelante.
3. Gestionar la elección de centro evitando la segregación y las desigualdades crecientes. En otras palabras, la organización avala la elección de centro, pero con la condición de que no desemboque en una segregación social ni por capacidades ni amplíe desigualdades. Para evitarlo propone planes de elección limitada, una distribución más equilibrada de los alumnos con necesidades especiales y e incentivos para que las mejores escuelas acepten a éstos, así como mejorar la información para las familias en desventaja. En Madrid hablan de libertad y de distrito único, lo que le sirve, sobre todo a las familias más pudientes que al centro deseado aunque sea muy lejos de casa.
4. Hacer que las estrategias de financiación respondan a las necesidades de los alumnos y las escuelas. Para TODOS, no dos tipos de educación,... una para los pudientes y otra para los pobres.
5. Diseñar en la educación secundaria superior vías de igual valor para asegurar la titulación. Lo contrario, por tanto, de lo que parece querer el gobierno, que, más allá de las proclamas sobre “recuperar” el prestigio de la formación profesional, que ningún gobierno ha dejado de lanzar a lo largo de toda la democracia, amplía el bachillerato, apelando a una supuesta conflictividad en 4º de ESO, que los que conocemos los IES sabemos que no existe, pero anticipa la formación profesional; el gobierno de un partido que, en Madrid, experimenta con el bachillerato de excelencia, es decir, con subdividir más la secundaria superior distinguiendo bachilleratos de desigual valor a la vez que permitirá el comienzo de la FP con menos base y menor preparación.
6. Eliminan de un plumazo la asignatura de Educación para la Ciudadanía, reivindicación de la "caverna" apelando a otra mentira, que dividía a la sociedad española, 80 objetores frente a millones de alumnos. ¿Dónde está esa división?
EN RESUMEN: UNA COSA ES EL DISCURSO Y OTRA LA REALIDAD DE LOS HECHOS. para conseguir su política se apela a datos falsos y erróneos. Lamentable.
Cinismo es decir que la Educación para la ciudadanía es adoctrinamiento. Adoctrinamento es mantener la enseñanza de la religion dentro de la escuela. ¿Escuela de libro de Urbanidad de los años cincuenta del pasado siglo, que sí adoctrinaba en la obediencia y sumisión? Sumisión quieren a raudales los cavernícolas actuales; sumisión y esclavitud. Esclavitud es las condiciones de vida de una mayoría de ciudadanos de este país, sin tiempo para sus hijos y sus vidas, con horarios y sueldos imposibles, con miedo al desempleo y al deshucio y con la amenaza de empeorar y discriminar en Educación, que así es más fácil. Lo dicho: Cinismo.
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