sábado, 19 de junio de 2010

Ha muerto José Saramago, escritor amigo.

Una tarde de primeros de julio de 1992, el escritor José Saramago se dirigió desde Lisboa a Orellana la Vieja (Badajoz), para asistir, invitado, a la XVII Escuela de Verano de Extremadura. Esteban Cortijo, por entonces profesor de Filosofía en el Instituto "Pedro de Valdivia" de Villanueva, actualmente además de ejercer de profesor es Presidente del Ateneo de Cáceres, había conseguido que aceptara la invitación. Llegó cansado, tenía entonces 70 años y vino acompañado de varios amigos y de su esposa Pilar del Río. Todos pensaban que al estar Orellana en Badajoz iba a quedar cerca de la frontera y comprobaron que no era así. Fue una tarde agradable y una velada inolvidable la que pasamos, los que entonces asistimos al encuentro con el escritor ya famoso, aún no galardonado con el Nobel. Era el año de la publicación, en España, de “El Evangelio según Jesucristo”, de alguna forma la causa que le obligó a establecerse en Lanzarote. Siempre le gustó ejercer de ciudadano, además de escritor. Nos presentó sus libros y tuvimos un diálogo muy enriquecedor que se prolongó en la sobremesa hasta bien entrada la noche.
Ayer, 18 de junio, nos enterábamos de la noticia de su fallecimiento en Lanzarote. La perdida de su compañía es enorme para todos los que nos sentimos críticos con la sociedad actual, y queremos un mundo mejor, diferente, “donde no exista tanto sufrimiento para millones de personas”. Si algunos ya lo seguiamos desde antes de conocerlo personalmente, a partir de entonces lo hemos seguido muy de cerca y nunca nos ha defraudado. Sus últimos gestos públicos han sido para solidarizarse con dos personas tratadas injustamente: Aminetu Haidar y el juez Garzón.Visitó Badajoz invitado con ocasión de algunas Ferias del Libro y dió conferencias en el IES Zurbarán y en el Hotel del mismo nombre, si no recuerdo mal. En el IES habló del proceso creativo del escritor, lo que le habían solicitado. Recuerdo que explicó cómo en su novela “Alzados del suelo” (1980) llevaba más de veinte páginas y no acababa de encontrar la forma, hasta que, sin usar puntuación, consiguió que le guiara una “música interna en la novela” y siguiéndola la volvió a comenzar y fue un éxito. Terminó afirmando que el contenido debe encontrar la forma, la sinfonía que lo guíe.
Cuando le concedieron el Nobel, en 1998, declaró; "Yo no nací para toda esta gloria” y en la ceremonia de entrega recordó y reivindicó orgulloso a sus abuelos analfabetos. Describió a su abuelo Jerónimo, como “El hombre más sabio que he conocido”. Esa es la verdadera cultura; saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, que no es a donde nos están llevando y trabajar bien para colaborar a hacer un mundo mejor. Él declaró en otra ocasión, “Cada hombre tiene su propia parcela de tierra para cultivar. Lo importante es que cave hondo”.Nacido en 1922, Saramago se crió en un pequeño pueblo, Azinhaga, a unos 100 km al noreste de Lisboa. Sus abuelos maternos eran campesinos sin tierra que criaban cerdos, y los primeros años de Saramago pasaron entre azada, cortar leña y acarreo de agua desde el pozo. En su discurso con motivo del Nobel, (Aquí se puede leer y oir en el original portugués y en inglés) Saramago recordó sus orígenes. Un niño pobre, enraizado en una aldea, había llegado a lo que consideramos el más alto nivel humano. La lectura, la educación, la sensibilidad y, sin duda, su inteligencia, también le habían ayudado. Todos los que le queremos (“Escribo para que me quieran” declaró en otra ocasión) sentimos la tristeza de su irreparable pérdida. Ver en "Público" aquí. En el NYT aquí. Y en "Le Monde"
También aquí.

6 comentarios:

ricardo dijo...

Me ha afectado también mucho la noticia... y también recuerdo aquellos días en Orellana. Una de las tonterías que se nos pasaban por la cabeza era invitarlo al décimo aniversario del CALA, que será en septiembre. Ya no podremos ni siquiera plantearnoslo. Ricardo

eduranr dijo...

Gracias, Antonio, por dejar esta entrada, con los recuerdos sobre Saramago. También, como me imaginaba, nuestro amigo Javier ha hecho lo mismo en su blog http://javierfigueiredo.blogspot.com/.
Yo, desde que me enteré de su muerte llevo dos días que cada párrafo que leo sobre él, imágenes que veo o simplemente una mirada a la biblioteca y a sus libros me hacen llorar en silencio. Gracias Saramago. Nos quedan tus palabras y nos quedas tú: un compañero, amigo y maestro. Me quedo con las que parecen ser sus últimas palabras antes de morir “Até a amanhá”.

Anónimo dijo...

Merecido homenaje a Saramago. Gracias Antonio por tus palabras.

Carmen dijo...

En estos momentos,en que se escucha y se lee tanta tontería,la muerte de una persona que tenía tanto que decir es una perdida irreparable. Se ha ido uno de los nuestros, os acompaño en el sentimiento.

Feli dijo...

Me uno a vosotros, qué tristeza pensar que no anda por algún lugar de este mundo, uniéndose a las causas que merecen la pena.

Anónimo dijo...

Antonio. Tu artículo está perfecto.
Sólo tengo que decirte que yo llevé en mi coche a José y a Pilar a Orellana, pero la gestión creo que la había hecho Ricardo Sosa.
Hay dos personas que me han llamado la atención sólo al oír su forma de hablar antes de conocer su obra: Saramago y J.L. Sampedro. Precisamos gente así. Nota enviada por Esteban Cortijo.