lunes, 24 de agosto de 2009

LA POLARIZACIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN

Un interesante artículo de VICENÇ NAVARRO

España, uno de los países de la UE-15 (el grupo de países de la UE de nivel de desarrollo económico semejante al nuestro) con mayores desigualdades sociales, tiene el sistema educativo más polarizado por clase social existente en tal grupo de países. Las familias del 30-35% de renta superior del país envían a sus hijos a las escuelas privadas concertadas (la mayoría gestionadas por la Iglesia católica, institución que en España siempre ha ofrecido el sostén ideológico a las clases dominantes), y el 65-70% restante de la población, que se define como las clases populares, es decir, la clase trabajadora y las clases medias de rentas medias y bajas, envían a sus hijos a las escuelas públicas, donde se concentra la mayoría de los hijos de los inmigrantes (92%).
Naturalmente, no hay una impermeabilidad social entre los dos tipos de escuelas, la pública y la privada. Pero, en general, la renta de las familias que envían a sus hijos a las escuelas privadas es mayor que la de las familias que utilizan la escuela pública. En Suecia y Finlandia (países que el informe PISA -que mide la calidad de la enseñanza- considera como los que tienen el mejor sistema educativo), sólo el 4% de estudiantes van a la privada. En España es el 30-35%. En nuestro país, el gasto por alumno en la escuela privada es superior que en la pública. Esto se da como consecuencia del pago por parte de las familias que matriculan a sus hijos en la privada, recursos que se complementan, con las aportaciones de recursos públicos, es decir, subsidios que se definen como conciertos. España tiene los subsidios públicos a las escuelas privadas más altos y el gasto público por alumno en la escuela pública más bajo de la UE-15. Los primeros reciben más recursos a costa de los segundos.
Weber que, junto con Marx, fueron los fundadores de la sociología contemporánea, definió explotación de una manera muy sencilla y didáctica. Explotación, escribió, “ocurre cuando una clase (podría haber añadido un género, una raza o una nación) vive mejor a costa de que otra viva peor”. Pues bien, existe un poder de clase que se expresa en que unos tienen más recursos para su educación, a costa de que otros tengan menos.
En el lenguaje mediático versallesco, dominante en el país, no se le llama explotación sino “desequilibrio de financiación”. En realidad, el sistema educativo dual (privada versus pública) de España, reproduce la estructura social del país, formando dos tipos de ciudadanos: los de primera y los de segunda clase. Y los primeros acceden a estudios superiores (como los universitarios) en porcentajes mucho mayores que los primeros.Esto es consecuencia del poder de clase, categoría que ha desaparecido del lenguaje político y mediático del país.
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miércoles, 12 de agosto de 2009

Ferrer Guardia y la pedagogía moderna


El anarquista catalán Ferrer y Guardia fue fusilado el 13 de octubre de 1909, acusado de dirigir la revuelta popular de la Semana Trágica de Barcelona, en la que ni siquiera participó. Fue el chivo expiatorio de la oligarquía y la Iglesia (artículo de JULIÁN CASANOVA aparecido en El País11/08/2009)

Francisco Ferrer Guardia nunca dirigió una revuelta popular. Tampoco la que comenzó en Barcelona el 26 de julio de 1909, y que ha pasado a la historia con el nombre de Semana Trágica, aunque un tribunal militar, carente de garantías, lo condenó a muerte como "autor y jefe de la rebelión". En realidad, quienes pusieron a Ferrer Guardia ante el piquete de ejecución, el 13 de octubre de ese año, se estaban vengando de un intelectual laico, de un pedagogo revolucionario que había desafiado el control eclesiástico de la enseñanza.

El fusilamiento de Ferrer, que tuvo una considerable repercusión internacional, abrió un debate sobre su persona y sus méritos intelectuales. Fanático anticlerical y mediocre pedagogo para algunos; innovador y mártir laico para otros. A cien años de distancia, aunque las disputas no se hayan cerrado, puede hacerse ya un balance de su figura. (seguir leyendo)